El dolor es un fenómeno multidimensional y como tal necesita ser manejado a través de iniciativas multidisciplinarias. Estas iniciativas deben basarse en conocimientos especializados, investigaciones rigurosas y una comprensión avanzada de los conceptos fisiológicos y conductuales involucrados.
El dolor afecta a los pacientes física y emocionalmente, por lo que manejar con éxito el dolor que experimentan es un componente clave de su recuperación.
El dolor es una experiencia personal, y cada experiencia es única. No es sólo una sensación física, sino que está ligada a una respuesta emocional ya un acto de razonamiento; por eso se conoce al dolor como una experiencia multidimensional (Fillingim et al, 2014). El dolor también tiene consecuencias físicas y emocionales; nos puede llevar a fatiga, irritabilidad, depresión o incapacidad para realizar las actividades de la vida diaria (Leadley et al, 2014). El dolor crónico también afecta el bienestar social y económico, restringiendo el trabajo y las actividades sociales.
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Expertos en tratamiento del dolor
- Los profesionales relacionados con el manejo del dolor, realizan una evaluación del dolor para:
Detectar y describir el dolor para ayudar en el proceso de diagnóstico; - Comprender la causa del dolor para ayudar a determinar el mejor tratamiento;
- Controle el dolor para determinar si la enfermedad o el trastorno subyacente está mejorando o empeorando, y si el tratamiento del dolor está funcionando.
- El contenido y alcance de la evaluación depende de su finalidad y del tipo de dolor.
Las evaluaciones iniciales cubrirán mucho terreno porque se utilizan como parte de un ejercicio mucho más amplio diseñado para ayudar a los profesionales de la salud a comprender por qué los pacientes buscan tratamiento, qué tratamientos e intervenciones se han probado y su comprensión de su situación actual. Evaluaciones del dolor después de este punto pueden enfocarse en un rango más pequeño de la experiencia del dolor para monitorear el tratamiento, la recuperación del paciente o el curso de la enfermedad.
Específicamente, la formación de especialistas en tratamiento del dolor no va dirigida exclusivamente a un determinado grupo profesional, sino que es necesario involucrar a todos los que participan en el sistema sanitario y ofrecerles las herramientas necesarias no sólo para aplicar las técnicas eficaces para aliviar el dolor, sino también para sensibilizarlos y generar empatía hacia los pacientes que padecen dolor y hacia sus familias.
Esta experiencia es lograda a través de estudios profesionales de postgrado, como los másteres en tratamiento del dolor. Aunque la oferta actualmente es muy variada, hay algunos requisitos que un Máster en tratamiento del dolor debería cumplir para poder garantizar esta formación de especialistas.
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Formación continua para el Tratamiento del Dolor
Si hay un sector que se ve afectado por el cambio ininterrumpido y la necesidad de una formación constante es el de la salud y la medicina. Esto hace que el aprendizaje continuo de los facultativos se convierta en una obligación (y en un derecho) para dar a conocer aspectos como la evolución de los tratamientos, los diagnósticos, las prácticas clínicas y las mejoras en la prevención de la salud. Todo ello, no solo permite mantener la calidad de la asistencia prestada a los ciudadanos, sino también mejorarla y enriquecerla en un claro beneficio para la sociedad en general.
Hoy nadie pone en duda que el abordaje del dolor crónico debe ser biopsicosocial y multidisciplinar. La posición del médico de familia es privilegiada. El programa de la especialidad, debe contemplar el dolor crónico de una manera integradora, siendo muy diversificados los contenidos.
