La terapia familiar sistémica se basa en la Teoría General de Sistemas formulada por Karl Ludwig von Bertalanffy, un biólogo y filósofo que propuso mirar cualquier aspecto de la existencia como un conjunto de sistemas que se relacionan entre sí y no como una unidad individual aislado.
Para clarificar esta lógica, el mejor ejemplo es el del cuerpo humano: un conjunto de órganos que no funcionarían por separado sin la presencia de los demás, y a su vez, cuando uno de éstos falla, también pueden perjudicar al resto.
¿Qué es la Terapia familiar sistémica?
En este sentido, la terapia familiar sistémica propone un modelo integrativo en psicoterapia y global, donde se estudia el sistema familiar y sus subsistemas con el objetivo de identificar el origen de los conflictos y mejorar la vida de cada individuo a partir de trabajar y modificar las formas de vincularse.
Al igual que el ejemplo del cuerpo humano, en la terapia familiar sistémica no se evalúa un problema de uno de los integrantes del grupo familiar como un hecho aislado, sino que se lo analiza dentro de un marco contextual de interrelaciones donde una situación o actitud repercute en los demás.
Test sobre la Terapia familiar sistémica
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¿Para qué sirve la Terapia familiar sistémica?
La premisa de la cual parte la terapia familiar sistémica es pensar el núcleo familiar como un pilar clave de la salud mental y emocional, por ende, los posibles conflictos entre miembros de la familia y exceso o falta de límites o cualquier situación que esté generando dolor ocasiona desequilibrios en el grupo familiar y en cada individuo.
Por eso, este enfoque es especialmente útil para abordar situaciones tales como divorcios, separaciones, enfermedades graves o la muerte de un ser querido, adicciones, depresión trastornos de la alimentación, dificultades psicosexuales, laborales o de desarrollo en la escolaridad, y etapas de transición y desarrollo familiar que puedan causar angustia y malestar.
¿Cómo se aplica la Terapia familiar sistémica?
La metodología de la terapia familiar sistémica suele tener un esquema de trabajo concentrado a corto plazo. Por lo general, se consideran necesarias de 6 a 20 sesiones para que el grupo familiar identifique sus fortalezas y aspectos a modificar.
Sin embargo, existen situaciones especiales donde se puede considerar un tratamiento más prolongado.
En algunos encuentros, el terapeuta puede proponer que estén presentes todos los integrantes así como en otros solamente algunos, e incluso, también puede haber sesiones con un solo individuo del núcleo familiar. En el caso de que haya niños incluidos en la familia, también se pueden incorporar actividades lúdicas.
Al inicio del tratamiento, es de utilidad para los profesionales hacer un mapa de interconexiones familiares. Para esto, la indagación en los primeros encuentros es clave: escuchar atentamente qué rol ocupa cada miembro y cómo ven a los demás.
Además, en el ámbito de las sesiones se promueve que el terapeuta no tome partido por ningún individuo, sino que incita al intercambio de ideas y puntos de vista para discutir los conflictos que ponen en tensión la unidad familiar.
Esta dinámica permite que todos tengan espacio para expresar su opinión promoviendo el trabajo en equipo que fortalece los vínculos y permite ver avances significativos.
Además, en las sesiones de terapia familiar sistémica, el profesional se encarga de observar patrones de conducta y que cada individuo pueda evidenciar que, de alguna u otra forma, también es responsable del conflicto.
Para esto es de mucha utilidad aplicar la re-definición positiva del síntoma, que consiste en hacer que cada miembro de la familia le de una nueva interpretación a los hechos que antes analizaba de un modo distinto, y así poner en crisis la estructura del sistema familiar preestablecido.
En conclusión, si bien la terapia individual es sumamente útil, en determinadas ocasiones es necesario trabajar con profesionales que logren aplicar los conocimientos de la psicoterapia integral y abarcar más aspectos relacionados con la historia familiar y su dinámica.
Por eso es posible decir que las ventajas de la terapia familiar sistémica son:
- Fomentar el entendimiento de cómo funciona la familia.
- Identificar fortalezas y debilidades del sistema familiar.
- Proponer objetivos y diseñar estrategias para resolver conflictos.
- Desarrollar y fomentar la comunicación entre los miembros del núcleo familiar.
- Fortalecer la unidad familiar.