Vivimos tiempos en los que la realidad, los avances políticos y culturales y la transformación digital se suceden de forma vertiginosa, convirtiendo el panorama de empresas y organizaciones en terrenos inciertos y complejos. Esto exige de los proyectos nacientes solidez pero al mismo tiempo flexibilidad e innovación para encarar los cambios de una forma inteligente y creativa.
Es por ello que cada vez más, las especialidades en gerencia de proyectos están ganando reconocimiento y demanda por parte de los profesionales. Esto se debe a que ofrece las herramientas y metodologías necesarias para lograr los objetivos de los proyectos en los tiempos pertinentes, haciendo frente a los cambios continuos y con los costos planteados inicialmente.
La importancia de la gestión de proyectos en las empresas
Sin embargo no solo se trata de una cuestión meramente financiera. La investigadora Alejandra Cuadros Mejía afirmó en un artículo del 2016 en la Revista Ciencias Estratégicas, que la concepción empresarial está mutando hacia un concepto más humanizado, enfocado más en el valor de los proyectos, lo cual implica un cambio de paradigma significativo.
La especialidad de Gerencia de Proyectos plantea una propuesta mucho más ágil que responde a la velocidad y la complejidad de los tiempos actuales. Según un artículo del portal Salinero Pampliega, experto en temas de Project Management, los proyectos en las empresas funcionan como “una palanca de cambio”, en función de los cambios del mercado y por ello se han convertido en una necesidad fundamental para el logro de los objetivos.
En un estudio realizado en 2014 por el PMI, se afirma que el 69% de las empresas que fueron capaces de dar respuesta a los cambios del mercado de una forma más eficiente, fueron las que ejecutaron sus proyectos de forma exitosa. Esto implica que una gestión adecuada bajo un enfoque de proyectos incrementa las posibilidades de lograr los objetivos organizacionales.
Aportes de la gerencia de proyectos en cualquier empresa
El modelo de gestión de proyectos está generando nuevos conocimientos y prácticas beneficiosas e innovadoras en las organizaciones, las cuales facilitan el logro de los objetivos. A continuación hablaremos de tres importantes:
1) Metodologías ágiles: son modelos de gestión que tienen como principio la adaptación de las formas de trabajo a la naturaleza y el contexto de un proyecto dado. A través del trabajo colaborativo y el principio de flexibilidad, el equipo se adapta a las demandas de cada proyecto y cliente.
Esta metodología se centra en la agilidad como “la habilidad de adaptarse rápidamente o incluso anticiparse al contexto y liderar un cambio”, así lo define Michael Cusmano, profesor de la MIT Sloan School of Management, citado en un artículo del blog Kesmo de la revista digital Medium.
Su aplicabilidad en las empresas para el desarrollo de proyectos reduce los costos, ya que agiliza los tiempos y evita el despilfarro de energía. Además, la articulista María Tena, afirma que estas metodologías conducen a presentar un producto final de mayor calidad, porque es un modelo de mejora continua que gracias a una evaluación constante va ajustando y mejorando el producto antes de la entrega final. Las más conocidas son Scrum y Kanban.
2) La importancia de los stakeholder: Edward Freeman definió en 1994 en la revista Business Ethics Quarterly a los stakeholder como todas las personas o entidades que pueden ser afectados por las actividades y/o decisiones de una empresa, sea positiva o negativamente. Estos pueden ser accionistas, clientes, proveedores, los propios trabajadores, la comunidad en la que opera la empresa, los activistas y las ONGs, medios de comunicación, etc.
En la gerencia de proyectos se busca un equilibrio y correspondencia entre los objetivos de la organización y los intereses de los stakeholders. Esto debido a que su influencia puede alterar de forma significativa el curso de cualquier proyecto, según el Centro Clarkson de la Universidad de Toronto, en el libro Principles of Stakeholder Managament (1999) .
Estos autores también afirman que las inquietudes de los stakeholders deben ser consideradas y monitoreadas; así como se debe mantener una comunicación asertiva con ellos, establecer alianzas y una comunicación continua de los riesgos y novedades. En este sentido, la gerencia de proyectos permite una gestión apropiada y más humanizada con todas las partes interesadas de las empresas.
3) PMBOK (Project Management Body of Knowledge): es uno de los productos más importantes del PMI o Instituto de Administración de Proyectos. Es una guía con estándares internacionales que reúne herramientas, buenas prácticas y conocimientos que se adaptan casi a cualquier proyecto, atendiendo a su naturaleza y contexto.
Este conjunto de conocimientos plantea un marco referencial para iniciar, planificar, ejecutar, monitorear y evaluar todas las fases de un proyecto. No obstante, no se trata de una serie de directrices restrictivas sino de una guía flexible y adaptable muy útil para gestionar los cambios y optimizar el curso de los proyectos.