Hay una idea equivocada sobre la creación literaria, ya que se piensa es exclusiva de las personas que estudiaron previamente literatura, periodismo o incluso guionismo. Sin embargo, hay un gran número de profesionales con distintos perfiles que la está estudiando.
Otro de los prejuicios que corren sobre los estudios de creación literaria son las finalidades que puede llegar a tener. La mayoría de personas piensa que esta área sólo brinda herramientas para quienes desean dedicarse a escribir literatura de manera profesional. La realidad es que la creación literaria ayuda a desarrollar capacidades bastante útiles para todas las personas.
La comunicación verbal es un acto tan cotidiano que muchas veces no reparamos en su realización. Muchas veces, no nos detenemos a considerar si estamos transmitiendo correctamente aquello que queremos expresar. Y aunque no lo parezca, este síntoma puede permanecer en la gente incluso aunque haya realizado estudios superiores o incluso cuando ya se encuentre trabajando.
Yesenia Aréniz en la revista académica Perspectiva presentó un estudio muy interesante sobre creación literaria. En él se determina que el 80% de los estudiantes de Ingeniería Civil de la Universidad Francisco de Paula Santander consideraron que su dominio de las competencias de comunicación era buena, pero que tan sólo el 41.4% dominaban la expresión oral conversacional.
Sin embargo, este problema se puede solucionar a través de la creación literaria. Según Rafael González en su artículo “¿Pero se puede enseñar a escribir?” explica que quien estudia dicha materia no sólo desarrolla su creatividad, sino que también trabaja en su técnica de creación literaria. Por lo tanto, aspectos como el estilo, la adecuada exposición de un punto de vista y el manejo de tiempos puede pulirse y mejorar la competencia comunicativa.
Si bien existen muchos géneros breves como el microcuento, la mayoría requieren dedicación y, sobre todo, tiempo. En este sentido, quien se embarca a estudiar un máster en creación literaria hace un compromiso con sus ideas para que sean plasmadas, ya en digital, ya en impreso.
Así, escribir constantemente puede generar un hábito que requiere de disciplina, según se menciona en el sitio especializado Sinjania. Al escribir frecuentemente, el estudiante de creación literaria fortalece sus habilidades comunicativas. Esto le permite expresar mejor y con mayor claridad sus ideas, independientemente de la profesión que ejerza normalmente.
Como ya anticipamos líneas arriba, la creación literaria permite a las personas el desarrollar su creatividad. Sin embargo, esto no es lo único que florece cuando se estudia esta área del conocimiento, sino que también se genera la capacidad de imaginación, según explica Alfonso Muñoz en su artículo “Diez motivos para tomar un taller literario si quieres ser escritor”.
Pero, tener una mayor imaginación y creatividad no sólo es útil para crear nuevas historias, también para muchos otros campos de la vida. Ambas capacidades son de gran ayuda cuando buscamos resolver un problema a través de soluciones innovadoras. Esta cualidad puede ser de gran utilidad para los profesionales de cualquier ciencia o disciplina, independientemente del área en la que se encuentren o si son profesionales de la creación literaria.
El mundo laboral está en una transformación total y de raíz. Los reclutadores ya no sólo buscan a alguien con conocimientos técnicos que les permitan conocer ciertas tareas. En la actualidad enfocan sus esfuerzos en encontrar a personas que además de habilidades especializadas, las empresas quieren gente con habilidades personales.
Una de las principales habilidades blandas buscadas por los reclutadores es la competencia comunicativa. Escribir correctamente, jerarquización de la información, capacidad organizativa son sólo algunas de las cualidades que se desarrollan a través de la creación literaria.
Lectura recomendada: la escritura como medio para desarrollar habilidades blandas
Quienes estudian creación literaria desarrollan el hábito de la expresión verbal, en consecuencia generan en sí una habilidad blanda. Sin importar de la profesión u ocupación del estudiante, indudablemente trabajan en mejorar su ventaja competitiva en el mercado laboral enfocado en este tipo de cualidades.