Diariamente, los abogados en el ejercicio de la profesión, se exponen a numerosas emociones y poder fusionar este trabajo con las habilidades blandas parece imprescindible. Estas herramientas son fundamentales para poder lidiar con el conflicto que acerca el cliente.
En este sentido, para lograr efectividad en sus acciones, es necesario que los profesionales desarrollen habilidades en el manejo de las emociones. Para Carolina Rossi, abogada y Coach Ontológico: “Las herramientas blandas en el ejercicio de la profesión también debería ser una asignatura esencial, solo de esa manera el abogado puede estar integralmente preparado para el día a día”.
Los abogados, además de la interpretación que realiza al estudiar un caso, deben aproximarse al cliente, con el fin de procesar la información de manera clara y así resolver el conflicto punto de vista jurídico. Aquí, la empatía es clave para comprender los intereses sensibles que se ponen en juego en cada ocasión.
Inteligencia Emocional para profesionales del derecho
Para Daniel Goleman, psicólogo, periodista y escritor, la inteligencia emocional es “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y lo de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. Esta habilidad trae numerosos beneficios en el día a día del profesional:
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Estudiar un caso con inteligencia emocional nos conduce a la objetividad y otorga, al profesional, mayor posibilidad de pensar soluciones más creativas que sean aplicables al cliente. La satisfacción del cliente se dará cuando la respuesta del abogado emerge de la lógica.
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La inteligencia emocional da lugar a reconocer nuestras fortalezas y debilidades. Un profesional que se reconoce a sí mismo, podrá mejorar el desempeño en sus funciones. Reflexionar, y luego tomar decisiones da como resultado el equilibrio necesario para enfrentarnos a todo tipo de decisiones.
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La imagen que tienen de nosotros nuestros clientes, colegas y funcionarios también es importante en la profesión. Mirando al futuro, el uso de la inteligencia emocional es relevante para establecer conexiones y expandir el ejercicio de la profesión.
En el siguiente test te animamos a comprobar qué tanto utilizas las habilidades blandas en tu práctica profesional, con el fin de identificar si debes desarrollarlas aún más.
Abogacía y empatía: las claves para el éxito
Como ya sabemos, la empatía es la habilidad de los seres humanos para entender y comprender los sentimientos y emociones de las personas. Ron Price y Randy Lisk en The Complete Leader (2014) dicen: “Cuando una persona sabe que es escuchada, siente que ella es importante para el que la escucha. Cuando se siente entendida, tiende a relajarse, volverse más segura y se abre para recibir opiniones de otros”.
Pero ¿cómo lograr empatía con un cliente? Carolina Rossi sugiere que el abogado/a se puede valer de herramientas de la comunicación efectiva para poner en práctica estos recursos.
Elementos para una comunicación efectiva
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La escucha activa no se reduce a lo que percibimos a través de los oídos: también se trata de percibir e interpretar lo que el cliente tiene para decir al leer sus gestos, entendiendo silencios y detectando congruencias e incongruencias, entre otras.
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Entender el objetivo que tiene el cliente sobre el conflicto que lo aqueja. Para ello, explorar su lenguaje y emociones del cliente, es imprescindible para lograr la empatía.
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Generalmente, los clientes recurren a un abogado cuando luego de ciertas situaciones que lo llevaron a creer que el conflicto no tiene solución. Aquí es importante desafiar sus creencias limitantes con respeto, exponiendo los diferentes escenarios en los cuales, podría brindar al cliente una solución.
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Cuando el abogado/a se encuentra con un cliente que carga con muchas emociones, es preferible no desestimar sus percepciones y preocupaciones. Validar lo que siente y potenciar sus emociones positivas pueden tener un buen impacto en él. Retomar la esencia de la comunicación es importante: para ello el profesional puede dirigir la conversación con la intención de resumir y comprender lo que el cliente tiene para decir y avanzar por la dirección correcta.
“Si tu intención es crear lazos de confianza en donde la comunicación auténtica sea la norma, las habilidades vendrán fácilmente”, Ron Price y Randy Lisk en el libro The Complete Leader (2014). |
Para lograr respuestas asertivas, el abogado se puede valer de los siguientes mecanismos:
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Reformular y organizar las ideas para llevar al cliente a plantearse una mejor perspectiva sobre su objetivo e incertidumbres.
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Explicar al cliente con claridad las posibles resoluciones legales, determinando el paso a paso para lograr el objetivo. En este sentido, es importante dar a entender sobre el proceso que seguirá el cliente con un lenguaje común.
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Utilizar metáforas y analogías para ayudar a ilustrar un argumento.
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Para dar una respuesta asertiva, es importante que el abogado pueda tomarse un tiempo para analizar el caso y es importante no responder de forma precipitada para evitar las falsas expectativas.
Theodore Rooselvelt dijo: “No one cares how much you know, until they know how much you care” (a nadie le importa cuánto sabes, hasta que saben cuánto te preocupas). Esta premisa puede llevarse como el objetivo de un profesional para el ejercicio del derecho. En este sentido, las herramientas blandas son un gran recurso para que el abogado pueda llevarlos consigo mismo en el portafolio a donde quiera que vaya.