La autodisciplina diaria es muy importante. En este artículo, examinaremos qué es realmente la autodisciplina, exploraremos por qué es útil y veremos cómo desarrollarla. 

¿Por qué debemos tener en cuenta la autodisciplina?

¿Has conocido o eres de esas personas que se despierta cada mañana antes del amanecer para hacer ejercicio? ¿Cómo es posible que estas personas logren tanto y de manera tan constante? ¿Y cómo podemos lograr tanto en nuestras vidas personales y carreras? Parte de la respuesta radica en la autodisciplina diaria.

Esto es lo que nos impulsa a cumplir con nuestras mejores intenciones y objetivos, incluso cuando no tenemos ganas de hacerlo. Si tenemos autodisciplina diaria, podemos posponer el placer a corto plazo (o soportar molestias o incomodidades a corto plazo) en la búsqueda de ganancias a largo plazo.

¿Qué es la autodisciplina diaria?

La autodisciplina diaria es la capacidad de avanzar, mantenerse motivado y actuar, independientemente de cómo se sienta, física o emocionalmente. Lo estás demostrando cuando eliges intencionalmente buscar algo mejor para ti, y lo haces a pesar de factores como distracciones, trabajo duro o probabilidades desfavorables.

La autodisciplina diaria es diferente de la automotivación o la fuerza de voluntad. La motivación y la fuerza de voluntad contribuyen a ello, al igual que la persistencia, la capacidad de cumplir con sus intenciones y el trabajo arduo. 

¿Por qué trabajar en la autodisciplina diaria?

La autodisciplina diaria es útil en muchas áreas de nuestra vida.

Por ejemplo, es lo que te empuja a hacer un trabajo de alta calidad, incluso cuando no te apetece. Te ayuda a cumplir y alcanzar las metas difíciles que te propusiste. La autodisciplina diaria también te permite seguir avanzando hacia el gran éxito, a pesar de lo que otros puedan ver como probabilidades aparentemente insuperables.

También puedes mejorar el aprendizaje y mejorar el rendimiento. Los estudios han demostrado que los estudiantes con un alto grado de autodisciplina retuvieron más conocimientos que aquellos sin autodisciplina diaria. Además, los investigadores descubrieron que los estudiantes con una fuerte autodisciplina eran más cuidadosos en sus tareas, lo que mejoraba su desempeño.

La investigación también ha demostrado que medir el nivel de autodisciplina diaria de una persona es un predictor de éxito más preciso que medir su coeficiente intelectual.

Ejemplos de autodisciplina diaria

La autodisciplina diaria es como un músculo: cuanto más trabajes en tu desarrollo personal, más fuerte se volverá.

Sin embargo, es igualmente importante no empezar con metas demasiado ambiciosas. En su lugar, establece metas pequeñas y aumenta el nivel de desafío lentamente con el tiempo. Cuanto más practiques, mejor te volverás.

Siga estos cinco pasos para comenzar a desarrollar tu autodisciplina diaria:

1. Elije una meta

Comienza eligiendo un solo objetivo en el que desees concentrarte para desarrollar tu autodisciplina diaria.

Por ejemplo, tal vez desees comenzar a hacer ejercicio todas las noches o desees leer un libro de liderazgo a la semana para mejorar tus habilidades blandas.

Incluso podrías practicar la autodisciplina diaria en objetivos muy pequeños, como concentrarte en un trabajo durante una hora sin revisar tus mensajes o evitar alimentos poco saludables por un día.

Recuerda, comenzar poco a poco es la mejor manera de comenzar a desarrollar su autodisciplina. A medida que tu disciplina se fortalece, puedes extender el enfoque a más áreas de tu vida.

2. Encuentra tu motivación

Una vez que hayas elegido una meta, enumera las razones por las que deseas alcanzarla. Intenta expresar estas razones de manera positiva.

Entonces, en lugar de decir "Quiero hacer ejercicio tres veces a la semana para perder peso", di "Quiero hacer ejercicio para tener la energía para jugar con mis hijos y trabajar con éxito".

O, en lugar de decir "Quiero quitar esta tarea de mi lista de tareas pendientes", di "Quiero hacer esta tarea para poder cumplir con mis objetivos, recibir elogios de mi jefe y sentirme satisfecho con el trabajo de mi día".

Cuando enumeras las razones por las que desea lograr algo, te resultará mucho más fácil hacer el trabajo.

3. Identifica obstáculos

Ahora debes identificar los obstáculos que probablemente enfrentarás cuando trabajes hacia tu objetivo y diseñar una estrategia para superar cada uno.

Por ejemplo, imagina que tu objetivo es leer un libro de liderazgo a la semana para mejorar tus habilidades. En el pasado, te has enfrentado a una serie de obstáculos para alcanzar este objetivo.

Por ejemplo, cuando encuentras un libro que le gusta, es difícil encontrar tiempo cada noche para leer. Entre el trabajo, la cena y los niños, tu tiempo está ocupado hasta altas horas de la noche. Y te distraes con los mensajes que llegan mientras lees.

Una vez que hayas identificado los obstáculos, elabora una estrategia para superar cada uno. En este ejemplo, podría hacer lo siguiente:

En lugar de ir a una librería, dedica una hora a mirar libros de liderazgo en línea. Encuentra varios que te interesen y que tengan buenas críticas. Pídelos todos a la vez y descárgalos a un lector de libros electrónicos o tableta, de modo que siempre tengas un libro a mano para leer.

Encuentra más tiempo en tu día para centrarte en la lectura. Quizás podrías leer durante la hora del almuerzo o mientras esperas a recoger a tus hijos de la escuela. Apaga tu teléfono cuando quieras concentrarte en la lectura.

A menudo, nuestra autodisciplina diaria se desmorona porque no hemos identificado los obstáculos que enfrentaremos para lograr nuestras metas y no hemos desarrollado estrategias para superarlos.

Cuando aparecen estos obstáculos, no estamos preparados para lidiar con ellos, y esto hace tambalear nuestra determinación. ¡No omitas este paso!

4. Reemplazar los viejos hábitos

Cuando desarrollamos la autodisciplina diaria, a menudo intentamos romper un mal hábito y reemplazarlo por algo más productivo. Sin embargo, si ese hábito está ligado a una determinada hora del día o una rutina, romperlo puede dejar un agujero. Si no reemplazamos ese hábito con otra cosa, entonces su ausencia se hace aún más notoria.

Un buen ejemplo es si está tratando de dejar de comprar en línea cuando te tomas un descanso en el trabajo. Este mal hábito destruye tu enfoque y atención, porque es probable que estés en línea durante 20-30 minutos cada vez.

Una vez que hayas decidido detenerte, identifica un nuevo comportamiento en el que puedas participar cuando necesites un descanso rápido.

En lugar de comprar en línea, puedes hacer algunos estiramientos en tu oficina, tomar una taza de café o dar un paseo rápido afuera. Estos comportamientos ayudarán a respaldar tu objetivo y fortalecerán tu autodisciplina diaria, en lugar de dejarte sin nada que hacer en tu descanso.

5. Supervisa tu progreso

Mientras trabajas en su autodisciplina diaria, presta atención a cómo te sientes a medida que se desarrolla y fortalece. Es posible que te sientas libre, feliz, orgulloso y lleno de energía.

Además, piensa en llevar un diario para anotar tus objetivos de autodisciplina diaria y hacer un seguimiento de tu progreso. Esto refuerza los cambios positivos que estás implementando en tu vida y te brinda un registro que puedes mirar hacia atrás para ver el progreso que has logrado.

Con el tiempo, tu autodisciplina se fortalecerá y podrás aplicarla a muchas otras áreas de tu vida.

Más consejos para la autodisciplina diaria

Trata de evitar distracciones cuando empieces a trabajar en tu autodisciplina. Haz que sea más difícil participar en la actividad que estás tratando de evitar.

Por ejemplo, si necesitas autodisciplina diaria para concentrarte en el trabajo en lugar de mirar las redes sociales, utiliza bloqueadores de Internet para que estos sitios no estén disponibles en tus horarios de trabajo.

Es importante recompensarte a ti mismo cuando experimentas el éxito. Celebrar tus logros mantendrás las cosas divertidas y fortalecerás tu determinación de seguir adelante.

No dejes que el miedo al fracaso o un revés ocasional te desanime. Todos experimentamos reveses y fracasos, ¡es parte de la vida! Reconoce que cometiste un error, aprende la lección, tómala en serio y sigue adelante con tu autodisciplina diaria.

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