Actualmente las empresas evalúan muchos aspectos que consideran necesarios a la hora de contratar un potencial empleado. En este sentido, hay dos grandes grupos de habilidades profesionales para separar las capacidades de la persona: las habilidades blandas y duras.
En este artículo veremos la diferencia entre ellas y cómo aumentar tus habilidades para obtener resultados exitosos.
Cuando hablamos de habilidades blandas y duras hay que tener en cuenta que son muy diferentes entre sí. En lo que respecta a las habilidades duras, se trata de cualidades profesionales relacionadas a los conocimientos técnicos y académicos que hacen a la persona un profesional formado. Veamos algunas características de las habilidades duras:
Las habilidades blandas y duras tienen algunas diferencias. Contrario a las habilidades duras, que están ligadas a la formación profesional y conocimientos teóricos, las habilidades blandas consisten en la capacidad de tener buena comunicación con el resto de los integrantes del lugar de trabajo, organizarse, tener empatía, resolver conflictos, trabajar en equipo, etc.
Ahora veamos algunas características de las habilidades blandas:
Ya mencionamos de qué se tratan las habilidades blandas y duras, veamos ejemplos concretos de cada una:
Si bien las habilidades blandas y duras son fundamentales a la hora de cubrir un puesto laboral, es importante tener en cuenta que funcionan correctamente cuando ambas se complementan.
Por ejemplo, un chofer puede ser muy empático pero no podrá conducir si no tiene el conocimiento y la credencial para manejar un vehículo. A su vez, un programador puede tener una formación excelente en su campo, pero si tiene dificultades para comunicarse no podrá transmitir sus conocimientos al resto cuando sea necesario.
Dicho esto, es importante saber que cada vez es mayor la cantidad de empresas que valoran las habilidades blandas y duras, ¿por qué? Porque se considera que siempre es posible adquirir conocimientos técnicos y académicos, y capacitarse para incorporar nuevas habilidades duras.
Pero ser empático, saber resolver conflictos y tener una actitud positiva frente a los desafíos es algo que, mayormente, tiene que ver con una cualidad humana que no todos tienen y es más difícil de incorporar que una habilidad dura.
Los profesionales desarrollan habilidades duras a través de la educación y la práctica en el trabajo, mientras que desarrollan habilidades blandas a través de diversas experiencias profesionales y personales de por vida.
Las habilidades duras son medibles y se pueden describir utilizando criterios numéricos o de sí / no. Por otro lado, las habilidades blandas a menudo son intangibles o difíciles de cuantificar y generalmente se describen con escalas cualitativas.
Las habilidades blandas se evalúan haciendo preguntas de entrevista situacionales y de comportamiento, utilizando preguntas y pruebas de habilidades blandas y teniendo en cuenta las características generales de personalidad de un candidato tal como se presentan durante todo el proceso de contratación.
El mercado laboral moderno dicta sus propias condiciones. Hoy en día, para ser un especialista competitivo se necesita algo más que habilidades profesionales. Se puede decir que ciertas competencias "blandas" son indispensables.
Según un estudio de la Universidad de Harvard, el 85% del éxito laboral depende de unas habilidades blandas bien desarrolladas y el 15% de las habilidades duras en cuestiones de comunicación, pensamiento estratégico o creativo.