La psicoterapia humanista es una corriente de la psicología que vio sus orígenes en la segunda mitad del siglo XX de la mano de los investigadores Carl Rogers y Abraham Maslow. En este artículo veremos qué es la psicoterapia humanista y sus campos de aplicación.
“No podemos cambiar, no podemos alejarnos de lo que somos hasta que aceptamos lo que somos. Entonces el cambio parece llegar casi desapercibido.”
Carl Rogers - Fundador de la psicología humanista y psicólogo estadounidense
La principal premisa de la psicología humanista es el análisis del individuo con una perspectiva positiva de la psicología, entendiendo que el espacio de la terapia debe servir no solamente para trabajar la pérdida de bienestar sino potenciar el desarrollo y crecimiento de la persona desde un modelo integrativo de la psicología.
En este sentido y contrario a lo que establece el psicoanálisis, la psicología humanista deja de lado el pasado y la historia personal del paciente y, en su lugar, se focaliza en el “aquí y ahora” para trabajar con las herramientas y capacidades disponibles del individuo para establecer un objetivo claro y resolver los problemas concretos que lo aquejan en ese momento de su vida.
Además, en el vínculo terapeuta-paciente el paciente tiene un rol muy activo porque trabaja en hacerse cargo de sus actos y asumir la responsabilidad de obtener resultados positivos.
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Para conocer un poco más de esta corriente terapéutica, veamos algunas de las ideas principales en las que se basa:
En general siempre se intenta partir del modo en que la persona percibe e interpreta la realidad y de lo que le pasa, en lugar de basarse en las categorías pre-establecidas de la psicología clínica.
La psicoterapia humanista propone establecer cuáles son los proyectos de vida que le generan ilusión al paciente y los usa como motor para que la persona sienta que su vida tiene sentido, y haga una búsqueda de maneras de interpretar y generar cambios positivos que logren su buen estado de ánimo.
Como la psicoterapia humanista tiene un enfoque individual y le da relevancia a la mirada subjetiva del paciente, hace a un lado los estándares convencionales del éxito y la felicidad que, muchas veces, surgen de la presión social y el marketing.
En este sentido, la postura humanista es que cada quien tiene su forma de ser feliz y exitoso, y la terapia es el espacio para descubrir cuál es esa forma.
Esta corriente pone al individuo como máximo responsable de sus progresos y al terapeuta como un facilitador que promueve el auto-conocimiento.
Además de los principios en los que se basa la psicoterapia humanista, Abraham Maslow creó una pirámide como herramienta de trabajo donde el paciente toma conciencia de las necesidades que tiene cubiertas y cuáles no, desde las más básicas a las más complejas.
Veamos cuáles son esos niveles y qué se trabaja en cada uno:
Se encuentra en la base, es decir que sobre éste nivel se constituye el resto, porque se trata de necesidades básicas como respirar, alimentarse, descansar, etc.
Este segundo nivel se refiere a todos los aspectos que nos hacen sentir seguridad para mantener una vida armoniosa y sin miedo, como pueden ser la salud, seguridad de empleo, de moral, de recursos, de propiedad privada, etc.
El tercer nivel incluye las necesidades sociales que generen un sentimiento de pertenencia. Aquí se evalúa el funcionamiento de las relaciones interpersonales como pueden ser los vínculos familiares, de pareja, amistades, el dar y recibir afecto, etc.
El cuarto escalón está compuesto por las necesidades de reputación, respeto, confianza, del éxito y autorreconocimiento.
El último nivel es el más desafiante y tiene que ver con conseguir la capacidad de resolver problemas, aceptar hechos, ser creativo y libre de prejuicios. En esta etapa es cuando la persona puede concentrarse en su crecimiento personal y desarrollar todo su potencial para lograr los objetivos que se proponga.
Con este modo de organización de trabajo de la terapia humanista, donde se revisa cada nivel hasta tenerlo cubierto para seguir avanzando, se genera una dinámica que le permite a la persona conocer y mejorar su calidad de vida en todos los ámbitos. Es por eso que esta corriente es una psicoterapia integral que promueve el bienestar basado en un auto-conocimiento global.
La psicología humanista y la psicoterapia humanista van de la mano, ya que esta última se centra en la capacidad de las personas para tomar decisiones racionales y alcanzar su máximo potencial.
Este enfoque de terapia se enfoca en el cliente y le permite tomar la iniciativa en la conversación. También les permite descubrir su verdadero yo auténtico y encontrar soluciones a sus preocupaciones en el proceso.
El terapeuta actúa como un oyente respetuoso y sin prejuicios que guía el proceso terapéutico. Reconocen sus experiencias sin intentar cambiar la conversación en otra dirección.
Los supuestos importantes de la psicoterapia humanista incluyen:
Luego de tener una aproximación sobre las características de la psicoterapia humanista, podemos establecer que:
Finalmente, los profesionales de la psicología humana, pueden verse atraídos por desarrollar habilidades y cualidades indispensables para la puesta en práctica de la psicoterapia humanista a través de un máster en psicoterapia integral, donde se abordan diferentes enfoques encausados a desarrollar en estos estudiantes, las habilidades necesarias para ayudar a sus pacientes.