La escritura nos ofrece diversas formas de expresar nuestras opiniones, emociones y pensamientos. Lo mejor de todo, es que se pueden expresar de múltiples maneras y una de ellas es un taller de escritura creativa. Adicionalmente, la escritura creativa nos brinda un montón de recursos literarios para enriquecer nuestra narrativa, como las metáforas, onomatopeyas, hipérboles o personificaciones, por mencionar algunos.
Sin embargo, como todo, aprender a dominar la escritura creativa requiere de paciencia, tiempo, práctica y disciplina. Para todos los que decidimos seguir este camino, nos damos cuenta de que a medida que avanzamos, nos encontramos con retos para poder decir lo que realmente queremos con la profundidad o el estilo que deseamos.
Dicho esto, siempre nos queda la pregunta ¿cómo hacerlo? ¿cómo convertirnos en escritores capaces de expresar nuestros pensamientos por medio de las palabras? Hay muchas formas, pero en este articulo te mostramos cómo los talleres de escritura y lectura contribuyen a esa formación y su diferencia con un máster.
El taller de escritura y lectura no es más que una práctica pedagógica que se enfoca en un trabajo manual, reflexivo y colectivo. Es decir que, por medio de la creación de textos, cada asistente comparte su trabajo con los demás, para después, hacer un ejercicio grupal de debate sobre qué se hizo bien y qué se puede mejorar de cada uno de los textos. Pero, no es solo eso.
El taller de escritura también incluye componentes de lectura de otros escritores, donde se aprende sobre los recursos literarios empleados por el autor, se observa qué hizo bien, y cómo puede enriquecer nuestro estilo de escritura.
Generalmente, los talleres están dirigidos por escritores con más experiencia, que guían el proceso y comparten sus aprendizajes con los asistentes en un ambiente tranquilo e informal, de alguna manera.
Las personas que asisten a un taller de escritura no tienen que ser profesionales en el área, son personas que comparten el mismo interés por la escritura y buscan fortalecer sus habilidades. Participar en estos talleres trae muchas ventajas, te contamos algunas de ellas.
Compartir el trabajo con los demás es una decisión valiente porque para muchos, por medio de la escritura, expresan sus más profundos sentimientos y pensamientos.
Sin embargo, la revisión de pares en un taller de escritura también enseña que la crítica constructiva no debe tomarse personal y que podemos aprender a manejarla para mejorar en nuestra escritura. La crítica nos ayuda a ser mejores escritores porque nos señalan lo que debemos mejorar.
A pesar de que al principio genera nerviosismo, los ejercicios de escritura eventualmente nos indican en qué somos buenos y qué podemos hacer mejor.
Muchas veces podemos intuir que hay algo que no funciona en la narrativa, sin saber exactamente qué es. Durante el ejercicio colectivo en un taller de escritura, otros pueden ver lo que no vemos, y también podemos dialogar sobre cómo podemos llevar nuestra escritura al siguiente nivel.
Un taller de escritura y lectura nos ayuda a generar un hábito. Como mencionamos anteriormente, escribir es un ejercicio de práctica y disciplina, y en los talleres, al tener ejercicios constantes, nos obliga a escribir continuamente. Con el tiempo, se nos hará natural y sentiremos que algo nos falta cuando no escribimos.
Ya vimos cómo un taller de escritura es sumamente provechoso para seguir nuestra formación como escritores. De hecho, muchos se preguntan si es mejor tomar varios talleres o una preparación académica, como un máster. Y la respuesta es: depende. Todo depende, al final, de tus objetivos.
Aquellas personas que deciden tomar un Máster de escritura creativa son porque quieren una formación más estructurada, formal y profundizar en temas que un taller de escritura no va a proporcionar. El taller de escritura tiene un componente práctico, los másteres un enfoque académico, teórico y práctico. Adicionalmente, involucran más tiempo de aprendizaje.
Por otra parte, el Máster de escritura creativa generalmente está guiado por diversos tipos de profesionales que tienen soportes académicos como doctorados, y que abarcan más que la escritura en sí misma. Algunos se enfocan en analizar los textos desde una perspectiva histórica, antropológica, política y más.
Decidirse por un Máster de escritura es tener acceso a estas otras formas de entender los textos y la escritura. Esto no quiere decir que sea una o la otra. De hecho, en el máster se incluyen también talleres de escritura y lectura, lo cual combina a la perfección el componente teórico con lo práctico.
Para finalizar, el taller de escritura es un espacio que nos ofrecen la posibilidad de mejorar nuestras habilidades literarias. Se presentan a sí mismos como el espacio seguro donde podemos compartir nuestro trabajo, conocer el de los demás, aprender y desaprender colectivamente. De igual forma, conocemos personas que comparten nuestros intereses y de las que podemos aprender para poder llevar nuestra escritura al siguiente nivel.
Por su parte, un Máster de escritura nos ofrece profundizar en temas que van más allá de la escritura en sí. Nos da la posibilidad de entenderla desde diversas perspectivas, y cada una nos dará herramientas que podemos aplicar según sea la intención de nuestro escrito. Además, no podemos olvidar que, en el Máster de escritura también podemos encontrar talleres de escritura, después de todo es una práctica pedagógica.