Solo el 28 % de los investigadores que hay en el mundo son mujeres, según la Unesco. Además, casi el 80 % de los puestos más relevantes en investigación los ocupan hombres, aunque las mujeres sean normalmente mayoría en las universidades y al principio de los doctorados.
Sin razones biológicas de peso que lo expliquen, ellas son solo el 23 % de los estudiantes de ingenierías y únicamente el 13 % en ciencias de la computación; y hasta el 93 % de las columnas de ciencia en los medios de comunicación están firmadas por autores masculinos.
Este problema comienza desde la niñez. Estudios en el tema apuntan como principales barreras los estereotipos de género, el ambiente de clases, la falta de orientación vocacional y la influencia social. Estos factores se traducen en elecciones de carrera distintas entre sexos. Mientras que del total de hombres universitarios, 48% estudian una carrera STEM, entre las mujeres esta proporción cae a 21%.
En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, reconocemos un progreso significativo, sin embargo, las mujeres en la ciencia son verdaderos agentes de cambio.
El problema de la desigualdad hay que intentar atajarlo desde la infancia. Dada la oportunidad, las mujeres y las niñas pueden contribuir de manera efectiva al desarrollo brindando soluciones y nuevas perspectivas a los desafíos existentes.
Educar a las niñas en STEM (science, technology, engineering and mathematics) les permite alcanzar su potencial y desempeñar un papel eficaz para abordar los desafíos del desarrollo.
De acuerdo con Unesco, hay algunas formas en las que como sociedad podemos contribuir para mejorar el acceso de las niñas y mujeres en la ciencia:
Tener más mujeres en la ciencia es un factor clave para el logro del compromiso internacional de impulsar el desarrollo sostenible a través de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Debemos apoyar la participación de las mujeres como innovadoras y contribuyentes activas al desarrollo sostenible, por lo que el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que se celebra anualmente el 11 de febrero es una oportunidad única para unir nuestros esfuerzos. Juntos podemos reducir la brecha de género.
Comencemos por honrar a nuestras mujeres líderes en la ciencia que ya están haciendo una contribución significativa e invirtiendo en atraer y retener a más mujeres en la ciencia para que podamos transformar nuestra realidad y contribuir a cerrar las brechas de género.
Las mujeres líderes en el campo de la ciencia, especialmente aquellas con una voz de autoridad, tienen la oportunidad de ejercer su influencia y poder para fomentar la igualdad de condiciones y abrir puertas para la próxima generación de mujeres científicas.